Imaginate despertar en medio de la selva, con el canto de los pájaros de fondo y un desayuno que incluye fry jacks (una especie de tortas fritas), huevos revueltos, panceta y un refrescante jugo de tamarindo. Así podría empezar tu aventura en un destino poco conocido por los argentinos pero que tiene playas de arena blanca, selva, templos mayas y uno de los mejores lugares del mundo para hacer buceo y snorkel.
Un destino con historia y cultura
Belice se encuentra en Centroamérica, justo debajo de México, al lado de Guatemala y bañado por el Mar Caribe. Su historia es una mezcla fascinante de influencias mayas, españolas e inglesas. De hecho, el inglés es su idioma oficial, aunque también se habla español, kriol y varias lenguas indígenas.
Uno de los lugares más impresionantes para conocer su legado maya es Xunantunich. Para llegar, hay que cruzar el río Mopán en un transbordador a manivela, lo que ya es una experiencia en sí misma. Una vez en el sitio arqueológico, te esperan pirámides y templos ocultos en la selva. La joya del lugar es «El Castillo», una imponente estructura de 40 metros de altura desde la que se puede ver la frondosa vegetación de Guatemala.
Cuevas misteriosas y un esqueleto de cristal
En Belice hay miles de cuevas, pero una de las más impactantes es Actun Tunichil Muknal (ATM), conocida como «La Doncella de Cristal». Para llegar, hay que caminar por la selva y cruzar el río tres veces.
La aventura no es para cualquiera, ya que implica nadar, trepar y deslizarse entre formaciones rocosas. Pero el esfuerzo vale la pena: dentro de la cueva se encuentran restos de cerámicas, huesos y hasta el esqueleto de una joven maya, cuyos restos se han fosilizado con el tiempo, dándole un brillo especial.
La «isla bonita» que inspiró a Madonna
San Pedro, en Cayo Ambergris, es un pequeño paraíso en el Caribe. Es el lugar que inspiró la canción «La Isla Bonita» de Madonna, y es fácil entender por qué. La vida aquí es relajada: la mayoría de la gente se mueve en carritos de golf y las calles están llenas de restaurantes y bares con vista al mar.
Desde la isla se organizan excursiones para hacer snorkel y buceo en la Barrera de Coral de Belice, la segunda más grande del mundo después de la australiana. En la Reserva Marina de Hol Chan y Shark Ray Alley se pueden ver corales, tortugas, peces multicolores y hasta tiburones nodriza.
El Gran Agujero Azul: una maravilla natural
Si hay una postal icónica de Belice, es el Great Blue Hole, un sumidero submarino de 300 metros de diámetro y 120 de profundidad. Se hizo famoso gracias al oceanógrafo Jacques Cousteau, quien lo declaró uno de los mejores sitios de buceo del mundo. Sobrevolarlo en una avioneta es una experiencia única: el círculo azul perfecto contrasta con los tonos turquesa del mar, dejando a cualquiera sin palabras.
Sabores beliceños y una despedida inolvidable
Para cerrar la aventura con broche de oro, nada mejor que un Belize Food Tour en San Pedro. Durante tres horas, se prueban delicias locales como ceviche, camarones en salsa de coco, empanadas de pescado y tragos con ron y chocolate.
Belice es un destino sorprendente, con una combinación perfecta de naturaleza, historia y cultura. Si estás buscando una aventura diferente, llena de colores, sabores y paisajes de ensueño, este pequeño país centroamericano debería estar en tu lista.
