Naturaleza y estrellas en el parque El Leoncito

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A unos 30 km de Barreal, se encuentra el Parque Nacional El Leoncito, una superficie de casi 90 mil hectáreas y que fue parte, en otra época, de una inmensa estancia. Allí, el turista puede disfrutar paisajes y sensaciones diferentes. Sin embargo, hay un denominador común: viaje en el momento que viaje seguramente la noche será una aliada, ya que alrededor de 280 días al año el cielo está despejado.

Entre las actividades que allí pueden hacerse están las caminatas hacia la cascada “El Rincón”, salto de las aguas del arroyo El Leoncito, al cual se arriba en forma peatonal, o también vehicular. Para aquellos que pretenden ahorrar energías, la caminata de 2 km por el sendero “Paisajes de Agua”, es lo recomendable. También es tentador para los más aventureros el trekking al Cerro El Leoncito, de dificultad media, y con una duración aproximada cuatro horas.

Aunque para aprovechar el cielo cristalino hay que recorrer unos pocos metros y llegar hasta la Estación Astronómica Carlos Cesco o el Complejo Astronómico El Leoncito, que ofrece visitas guiadas para conocer los secretos de la vía láctea y salir con la sensación de que no somos los únicos en este Universo.

El Parque también incluye tramos del Camino del Inca. En las cuevas de Los Morrillos de Ansilta fueron recuperadas diecisiete momias de una antigüedad que oscila entre los 4.000 a 2.000 a.C. Además, pueden apreciarse rocas esculpidas realizadas por los antiguos pobladores junto a restos de huesos de sus presas.

Además de la observación astronómica, los paisajes desérticos de altura del Parque Nacional El Leoncito son imperdibles: se ven vicuñas, guanacos, zorros y otros animales. En el parque hay miradores que ofrecen panorámicas de la cordillera de los Andes, y senderos de distinto nivel de dificultad.

Sobre la ruta nacional 149, frente al ingreso al parque, se puede visitar la Pampa del Leoncito: una gran planicie de más de 10 km de extensión que cautiva junto a la inmensidad de la cordillera de los Andes. Por su suelo y los fuertes vientos que soplan, es utilizado para practicar carrovelismo.