Merlo: las huellas imborrables de los comechingones

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A 17 kilómetros de Villa de Merlo y subiendo por las sierras, se llega al filo de las sierras de los Comechingones. Desde sus 2200 metros de altura se ve todo el Valle del Conlara y, si el tiempo acompaña, también se puede divisar la inmensidad del Valle de Calamuchita, en Córdoba. 

Y a cuatro kilómetros hacia el sur del centro de Villa de Merlo y a unos 500 metros de la Ruta Provincial número 1, en el barrio conocido como Cerro de Oro, en dirección a las sierras se encuentra el Parque Temático Yucat.

Se trata de un emprendimiento familiar que pone en valor y recrea, desde hace diez años, la vida de un pueblo comechingón del Siglo XVI, a partir de imponentes esculturas y ambientaciones, basadas en el trabajo del arqueólogo Antonio Serrano y en crónicas españolas de los tiempos de la colonia. 

Un sendero arbolado de especies autóctonas abraza el comienzo del recorrido, con el envolvente paisaje de las imponentes sierras de comechingones, completando el majestuoso marco. Algarrobos, chañares, talas, espinillos, piquillines, molles salen al paso, introduciendo un circuito que repasa de manera vívida la historia y la cultura del pueblo comechingón. Con esta ambientación, que se conjuga armoniosamente con el entorno, se participa a los visitantes didáctica y lúdicamente, a través de un lenguaje pensado para todas las edades.

En el extremo opuesto de Villa de Merlo, hacia el noreste y a la par del arroyo Piedra Blanca, que oficia de límite natural entre las provincias de Córdoba y San Luis; dentro de la Reserva Natural del Viejo Molino se encuentra el Altar Comechingón: una roca singular que también, escoltada por los cordones serranos, fue un elemento central de los rituales sagrados del mencionado pueblo originario.

De un metro y medio de altura, por entre pequeñas rendijas se divisa en su interior, cavidades rocosas brillantes, presumiblemente tapizadas con cristales minerales. Se trata de un lugar al que acude mucha gente por considerarlo de un valor energético sin igual. En rigor, la temperatura de la piedra del Altar dista de la del resto de las rocas del lugar.

El pueblo comechingón, cuyo nombre alude a diversas comunidades que habitaron las serranías de las provincias de San Luis y Córdoba entre los años 500 y 1600, se componía de dos etnias mayoritarias: “Henia” y “Kamiare”. La llegada de la colonia española trajo enfrentamientos armados y exilios forzados que derivaron en la dispersión de estos pueblos, cuya cultura, nombres propios, costumbres, marcas en la tierra y la piedra resisten al olvido merced al trabajo sostenido de quienes se reconocen herederos de ese legado ancestral; y en Villa de Merlo, gracias al revisionismo histórico de guías especializados y a la conservación de lugares como el Altar Comechingón y el Parque Temático Yucat, conforman un escenario para el aprendizaje y la recreación único.

En cuanto a la gastronomía, se destacan como comidas típicas los preparados con lo cosechado y las carnes de llama y guanaco, asadas, a la estaca o cocidas dentro de la tierra a modo de charqui. El legado artístico comechingón, en tanto, reside todavía en morteros y la pintura rupestre que puede hallarse en diversos sitios de las sierras y los valles, y en sus piezas talladas en piedra y hueso.