Viajar con el paladar se convirtió en una de las experiencias más placenteras para quienes aman descubrir el mundo a través de sus sabores. Teniendo en cuenta esto, Tripadvisor reveló cuáles son los diez destinos gastronómicos más destacados de 2025, y la lista es un verdadero banquete multicultural que invita a recorrer el planeta plato a plato.
Roma, Italia: la capital del sabor eterno
Pocas ciudades despiertan tanto amor por la comida como Roma. Desde una carbonara cremosa hasta una pizza romana ultracrocante, la cocina de la Ciudad Eterna combina tradición y carácter. Comer un gelato mientras se camina por el Coliseo o el Trastevere es casi una obligación para entender por qué los italianos hacen del comer un arte.
Londres, Reino Unido: tradición y modernidad en cada bocado
La capital británica sorprende por su diversidad culinaria. A los clásicos fish & chips y desayunos ingleses se suman mercados vibrantes como Borough Market, donde los aromas del mundo se mezclan en un mismo paseo. Ideal para quienes disfrutan probarlo todo, Londres ofrece desde elegantes tés de la tarde hasta propuestas gourmet con estrellas Michelin.
Marrakech, Marruecos: un festín de especias
En la ciudad roja, la cocina es una experiencia sensorial. Entre el aroma del comino y el sonido de los zocos, se descubren tagines que se cocinan lentamente, msemen recién hechos y brochetas de cordero jugosas. Un té de menta compartido en un riad, al caer el sol, completa la postal de este destino que vibra con sabor y color.
París, Francia: la cuna de la elegancia gastronómica
No hay quien no se rinda ante un croissant tibio o una baguette crujiente en París. La capital francesa enamora con sus quesos, vinos y platos tradicionales como el coq au vin. Terminar la jornada en una terraza mirando la Torre Eiffel con un café espresso es, sin dudas, una de las experiencias más dulces que ofrece Europa.
Nápoles, Italia: donde nació la pizza
Cuna de una de las comidas más queridas del planeta, Nápoles respira autenticidad. La pizza napolitana, con su borde aireado y su corazón tierno, es una obra maestra simple y perfecta. Acompañarla con mariscos frescos, un espresso intenso y una sfogliatella como postre es rendirse ante los placeres más genuinos del sur italiano.
Barcelona, España: sabor mediterráneo con espíritu festivo
Entre tapas, mariscos y buena energía, Barcelona conquista a todos. Patatas bravas, jamón ibérico y paella son apenas el comienzo de un recorrido que encuentra su punto más alto en el Mercado de La Boqueria, donde la tradición se mezcla con la innovación. Una copa de cava al atardecer frente al mar completa la experiencia.
Lima, Perú: el orgullo latinoamericano
Conocida como la capital gastronómica de Sudamérica, Lima combina herencia, creatividad y mestizaje. El ceviche, el lomo saltado y la cocina Nikkei son íconos de una ciudad que elevó su gastronomía a la categoría de arte. El pisco sour, en una terraza frente al Pacífico, es el broche perfecto.
Nueva Orleans, Estados Unidos: ritmo y sabor criollo
Cuna del jazz y del gumbo, Nueva Orleans ofrece una mezcla única de culturas. Entre beignets cubiertos de azúcar, sándwiches po’ boy y platos cajún, cada bocado tiene historia. Comer acá es escuchar música, bailar y disfrutar con todos los sentidos.
Buenos Aires, Argentina: pasión a la parrilla
La capital argentina se ganó su lugar gracias a su amor por la carne. Las parrillas son templos donde el ritual del asado reúne amigos y familias. Empanadas, vino Malbec y postres con dulce de leche completan una identidad gastronómica inconfundible.
Atenas, Grecia: la esencia del Mediterráneo
Con vistas a la Acrópolis y sabores que conquistan desde el primer bocado, Atenas celebra la frescura de su cocina. Souvlaki, ensaladas griegas y moussaka definen una gastronomía simple y deliciosa, acompañada de pan pita, tzatziki y un toque de baklava para cerrar.
Cada uno de estos destinos demuestra que viajar es también saborear el mundo. Detrás de cada plato hay una historia, una cultura y una emoción que invitan a seguir explorando. Porque, al fin y al cabo, no hay mejor manera de conocer un lugar que sentarse a su mesa.
