
En medio de una naturaleza frágil y salvaje, la provincia de La Rioja esconde secretos milenarios que los combina con paseos y excursiones para disfrutar de sus colores de tonos ocres y rojizos. En la tierra del caudillo “Chacho” Peñaloza, uno puede sentarse en silencio a apreciar una pared de piedra de casi cien metros, darse una vuelta por alguna de sus quebradas o valles o apreciar el vuelo de los cóndores, entre otras actividades.
El Chiflón
Camino a Talampaya y a 140 km de la capital, una serie de bloques sedimentarios se abren paso para mostrarse al mundo en el Parque Provincial El Chiflón. Según expertos este sitio cuenta con las mismas formaciones geológicas que dieron base para que los sitios Talampaya e Ischigualasto. El Parque tiene dos circuitos habilitados, que van desde sitios arqueológicos, como así también miradores, trekkings, geoformas. Apreciar la inmensidad y el silencio donde solo el sonido del viento atravesar entre la poca vegetación que existe, tal vez sea una de las experiencias más lindas y a su vez extraña debido a la soledad, la aridez de la tierra y el colorido de su paisaje.
El turista puede recorrer El Chiflón en su propio vehículo hasta la tercera estación, acompañado de un guía. El recorrido incluye el sitio de los morteros comunitarios, las geoformas y las plantas fósiles. Luego se desciende del automóvil para realizar una caminata de 800 metros por el cañón. Troncos petrificados, rocas milenarias y el viento que sopla en la quebrada, hacen que este recorrido sea imperdible camino a Villa Unión o al Parque Nacional Talampaya.
Quebrada de Don Eduardo
Existen diferentes circuitos y modos de abordar el paisaje triásico surgido del fondo de la tierra en el Parque Nacional Talampaya, Patrimonio de la Humanidad. Pero la opción más completa, esforzada y fructuosa es el circuito Quebrada Don Eduardo. Los diferentes terrenos, las innumerables especies de aves que se avistan durante la marcha y las tropillas de guanacos que se cruzan, llenan de color y emociones a este inolvidable recorrido.
Otro posible en el Parque Nacional Talampaya es al interior de la Ciudad Perdida, una excursión en la que, parte en vehículo y parte a pie, se descubren las “callejuelas” de una caprichosa ciudad esculpida por el viento y el agua durante miles de años. Este recorrido, permite entender los diferentes procesos de erosión que dieron origen a este maravilloso escenario natural. Tanto para este recorrido como para otro imperdible llamado Cañón Arco Iris, el ingreso es diferente: es a la altura del kilómetro 133.5 de la ruta nacional 76.
Cuesta de Guanchín
A la localidad de Guanchín, única por sus tierras dedicadas a nogales y membrillos sobre las faldas del Famatina, se accede desde Chilecito, por la Ruta Provincial Nº 15, recorriendo 18 km por su pintoresca Cuesta, donde aguarda la amabilidad y siempre dispuesta atención de su gente. En la zona se puede practicar el trekking, camping y pesca de truchas.
Este hermoso valle es un lugar turístico por excelencia de clima fresco debido a su altura y proximidad al nevado. La humedad ambiente y los ríos con aguas permanentes favorecen la vegetación autóctona y la transforman en una zona ideal para el cultivo de nogales y frutales, donde membrillos, castañas, ciruelas y duraznos, son utilizados para la elaboración de exquisitos dulces caseros.
En su parte más alta comienza la Cuesta de Guanchín, con un sinuoso camino que atraviesa una angosta quebrada pedregosa, con bosques de acacias y algarrobos en las hondonadas, hasta arribar al valle con hermosas vistas preparadas para captarlas en una postal única desde la cuesta. Caminar a orillas del rio de aguas cristalinas, que bajan de deshielo durante todo el año, es conectarse con lo más profundo de la naturaleza en altura.