A escasos 15 minutos de Santander, Solares es una de las villas menos conocidas de Cantabria pero famosa por los montes verdes que la rodean, sus palacios históricos pero, sobre todo, por albergar un monumental balneario centenario. Por lo que este pequeño municipio de Medio Cudeyo es de tradición termal. Eso, sumado a estar ubicado en un entorno que ya de por sí invita a pasear despacio y a disfrutar de los detalles, lo convierte en destino detox de lo más apetecible.
Sin duda, el corazón de Solares es su balneario termal, conocido desde el siglo XVIII por las propiedades de las aguas del manantial de Fuencaliente. Desde entonces, estas termas han atraído a visitantes que buscaban desde tratamientos médicos hasta un lugar de veraneo sofisticado. La primera casa de baños se levantó en 1827 y, con el éxito, llegaron después edificios de estilo neomudéjar y oriental, entremezclados con jardines y terrazas que reflejaron el lujo discreto t atemporal de la Belle Époque.
Ya para finales del siglo XIX, la burguesía santanderina había convertido el balneario en centro de ocio, no solo para tratamientos de salud sino también como lugar de esparcimiento. El Gran Hotel de Solares, inaugurado en 1902 y hoy convertido en el moderno Castilla Termal Solares, ha conservado intacta esa elegancia del pasadocon jardines centenarios, salones amplios y galerías que transportan a otra época.
Pero Solares es más que su balneario. Sus calles y alrededores están llenos de historia y arquitectura bonita como: el Palacio de los Marqueses de Valbuena, el Palacio de los Rubalcaba, la ermita de San Pedro y el yacimiento altomedieval del Pico Castillo (declarado Bien de Interés Cultural). Además del Parque Mitológico de la Mina Pepita, una antigua explotación minera que convierte la tradición local en un paseo interactivo por la historia cántabra.
Ayuntamiento de Medio Cudeyo Para los amantes de la naturaleza, Solares también ofrece rutas fáciles pero espectaculares: desde el Macizo de Peña Cabarga, con vistas panorámicas de Santander y su bahía, hasta las marismas de Solía y San Salvador, refugio para aves y quienes buscan explorar en profundidad el entorno. No obstante, como no podía ser menos, la villa también es punto de partida de la ruta termal, que une Solares con Liérganes en unos siete kilómetros de historia, naturaleza y bienestar.
Y si la gastronomía es parte del viaje porque Solares no decepciona en lo que a comida se refiere. La cocina local se beneficia de los productos de la región como los quesos artesanos, verduras de temporada, pescados y mariscos del Cantábrico o carnes de ganaderías cercanas. Todo esto convierte a la villa en un destino donde la cultura, el descanso y el placer se mezclan de manera reparadora.
https://turismo.mediocudeyo.es/medio-cudeyo/presentacion/ Porque en Solares, el lujo no se mide por la ostentación, sino por la experiencia de sumergirse en aguas curativas históricas y dejar que el aire fresco del norte de España haga su magia. En definitiva, es un pueblo que demuestra que los placeres simples son eterno y que la magia de la Belle Époque sigue viva.
Foto de portada | @castillatermalsolares
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