Cuando pensamos en los maratones o en las carreras largas, siempre nos enfocamos en la resistencia física y se deja un poco de lado el desarrollo del enfoque mental que se requiere para este tipo de pruebas, uno que ya se ha analizado y que, sorprendentemente, tiene múltiples beneficios para los corredores.
Emily Balcetis, psicóloga social y profesora asociada en la Universidad de Nueva York, ha impulsado una técnica sencilla y de bajo costo físico para mejorar el rendimiento al correr: enfocarse visualmente en un punto fijo, como el final de la carrera. Esta estrategia de evitar distracciones en el entorno no requiere equipamiento especial, solo disciplina mental, y ha demostrado resultados reales en el rendimiento físico.
En el estudio que incluyó a cerca de 1.600 corredores, investigadores de NYU, Rutgers y Creighton exploraron el efecto de lo que llaman “reducción del foco atencional” o attentional narrowing. Descubrieron que los corredores más rápidos y los atletas de élite tienden a aplicar esta técnica de forma natural, mientras que los casuales no lo hacen tanto.
Para probar su eficacia, los participantes realizaron ensayos controlados (400 m y una milla), con instrucciones de mantener la vista fija en un objetivo o de extender la mirada al entorno. Los resultados fueron consistentes: quienes se concentraron en un punto específico corrieron más rápido y mantuvieron una intensidad cardíaca más alta durante más tiempo, lo que indica un mayor desempeño físico.
Este método no solo acelera el ritmo: también reduce la percepción de esfuerzo. En estudios previos de Balcetis aplicados al caminar, se demostró que quienes fijan su mirada en una meta perciben la distancia como más corta y caminan más rápido, sintiendo que la tarea es más fácil. En particular, observar un punto fijo disminuye la sensación de fatiga en un 17 % y aumenta la velocidad de un 23 %.
La base teórica se sustenta en cómo la mente interpreta los objetivos: al centrarse en una meta visible, el cerebro percibe menor distancia y esfuerzo necesario, reduciendo las barreras mentales que a menudo limitan el rendimiento. Además, este enfoque favorece la regulación del esfuerzo; según Corey Guenther, “no solo está correlacionado con el rendimiento, sino que lo mejora activamente”.
En resumidas cuentas, el consejo de Emily Balcetis y sus colegas es directo y poderoso: cuando corras, “mantén los ojos en la meta”, selecciona un objetivo visual y ajusta tu mirada conforme avances. Este pequeño cambio mental puede aumentar tu velocidad, elevar tu esfuerzo sin que sientas la carga y hacer que el ejercicio te resulte más accesible.
Foto de Jenny Hill en Unsplash
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