El Paraná, uno de los ríos más caudalosos y extensos del mundo, tiene la particularidad de correr encajonado entre las altas barrancas que lo circundan. Al norte de Rosario, aguas arriba, el río comienza a abrirse en un delta, alcanzando un ancho de hasta cincuenta kilómetros frente a la ciudad.
Esta característica del río hace que sobre sus márgenes se encuentren centenares de islas que permiten disfrutar de amplias playas de arena fina, brindando un escenario natural único para la contemplación o el descanso, a la vez que se puede practicar deportes náuticos por los canales que se forman.
Bajo esta indiscutida premisa decidimos conocer el río desde “adentro” y por ello contratamos los servicios de un operador turístico especializado, que prometía mostrarnos en una tranquila y entretenida excursión en kayak, los encantos de las islas ubicadas frente a la ciudad.