Probé la teoría del pájaro con mi pareja. No esperaba que este sencillo juego me hiciera sentir más conectada con él

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Hace unos días me salió un vídeo en redes sociales. Una pareja tenía una conversación sencilla, pero me enganchó. Ella estaba poniendo a prueba a su marido con la teoría del pájaro, y no es la única que lo ha hecho con diferentes resultados, desde bromas con toque picante hasta auténticas lecciones de escucha.

En qué consiste la teoría del pájaro

El concepto es más simple que el mecanismo de un chupete: decirle a tu pareja que viste un pájaro ayer y ver su reacción. Quien responde con curiosidad, interés y preguntas, aprueba. Quien pasa, ignora o contesta con desdén, suspende. La idea es que si dices algo sin importancia y tu pareja alarga la conversación, está atenta y pregunta, se interesa por ti y quiere formar parte de tu vida y tus experiencias, hasta las más pequeñas. En la sencillez del juego radica su magia, porque consigue revelar cómo nos comunicamos en pareja y sobre todo, el nivel de atención y la capacidad de conexión que tenemos.

Fue creada en los años noventa por el psicólogo John Gottman, uno de los mayores expertos en relaciones de pareja del mundo, y su objetivo es medir la disposición de la pareja a responder a los “intentos de conexión”. Puede parecer una nimiedad, pero en una de las investigaciones estableció una relación real entre estas interacciones y la duración y satisfacción de la pareja. Las parejas que permanecieron casadas tras seis años de matrimonio reconocieron los intentos de conexión de sus parejas el 86% de las veces. Aquellas que se separaron antes solo respondieron el 33% de las veces.

No me gusta ver milagros en TikTok y no vivirlos en la propia piel, así que lo probé con mi pareja. Tengo que decir que no vivimos juntos, que últimamente nos hemos visto menos por trabajo y que ambos, pero especialmente él, estamos cansados. Pero hablamos cada día por teléfono, así que aproveché una de esas conversaciones para decirle de forma sutil que hoy había visto un pájaro precioso llendo al gimnasio. Sinceramente no tenía mucha fe en conectar, pero después de un par de segundos callado, me pregunto qué tipo de pájaro. a esa pregunta le siguió una segunda y luego una tercera. Había funcionado.

Prestar atención, hacer preguntas, escuchar. En eso consisten esos intentos de conexión, y el pequeño juego del pájaro es una forma de ponerlo en práctica. Las parejas más felices reconocen y responden con facilidad a los cientos de gestos de atención que cada uno dirige al otro a lo largo del día, y él pájaro es uno de ellos. Es una reafirmación de que cuando estás en una relación sana, luchar por la atención de tu pareja no es necesario porque de forma general, se interesa.

Por mucho que esta técnica se haya viralizado en TikTok e Instagram, donde hemos visto novios encantadores que preguntan sin parar con curiosidad, que se interesan por cómo les ha hecho sentir o que quieren saber más para aprender con su pareja sobre ese pájaro, no significa que si tu pareja “suspende”, la relación esté abocada al fracaso. La salud de una relación no se mide por los resultados de una prueba viral, sino que se construye a través de la atención constante y receptiva. Ninguna pareja tendrá el 100% de atención el 100% del tiempo, por mucho que se quieran y muy sana que sea su relación. 

Lo preocupante sería que ninguno de los intentos por conectar funcionase o que la respuesta a ese intento fuera el desprecio, el sarcasmo o la crítica. Esto sí es una señal de que algo más profundo necesita nuestra atención porque se trata de uno de los cuatro jinetes del apocalipsis para una pareja. Mientras esto no ocurra, la teoría del pájaro puede servirte para reflexionar (y hablar) de tu relación con tu pareja.

Fotos | Berghain (Rosalía)

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